Frente a coronavirus y dengue, salud de la población hondureña, depende de la adecuada atención a necesidades básicas.
Con el objetivo de contribuir efectivamente en la prevención y erradicación del dengue y coronavirus, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos Roberto Herrera Cáceres, movilizó su equipo de trabajo, a nivel nacional, implementando una estrategia de tres fases, para garantizar el derecho a la salud de la población hondureña.
En la primera fase, se realizó un despliegue para sensibilizar sobre el control del dengue y la prevención de la amenaza del coronavirus, y supervisar los establecimientos de salud; en la actual segunda fase, se prolonga la primera y desarrolla la cruzada nacional de unidad solidaria que conlleva, además de la coordinación entre la sociedad y el Estado y de la promoción sostenida de las medidas de prevención, mantener la vigilancia epidemiológica y la efectiva atención a los pacientes, así como medidas de bioseguridad para los trabajadores de salud y otros actores concernidos. La tercera fase será la relativa a verificar la veeduría de la transparencia y rendición de cuentas sobre los recursos nacionales e internacionales utilizados en la presente emergencia.
De las inspecciones in situ y de las entrevistas que han realizado, en las últimas dos semanas, en las oficinas departamentales del CONADEH, en los 18 departamentos del se desprenden los siguientes hallazgos:
- Medicamentos e insumos para garantizar la salud de las personas y la bioseguridad de los empleados de salud. Se constató que, en la mayoría de los centros hospitalarios de referencia, no se tiene los suficientes medicamentos e insumos de bioseguridad, tales como sueros, acetaminofén, batas, mascarillas, gorros y guantes, gafas protectoras, y overoles.
- Capacitación sobre el COVID-19 y medidas de seguridad. La Secretaría de Salud ha dado lineamientos e impartido charlas de capacitación, por medio de las Regiones de Salud, produciéndose el efecto multiplicador, sobre todo del personal hospitalario.
- Medidas de prevención que se han implementado para los usuarios y familiares que llegan a los centros hospitalarios. En lugares en donde se ha presentado casos sospechosos del COVID-19, hay áreas habilitadas para aislamiento y para las visitas las medidas de protección necesarias (traje, gafas, guantes y mascarillas)
- Acceso al agua, los centros hospitalarios están haciendo un esfuerzo para abastecerse con suficiente agua, sin embargo, algunos centros hospitalarios presentan escasez en aquellas ciudades y áreas rurales donde el vital líquido es limitado (Hospital de Occidente; Hospital de Yoro, entre otros). La falta de acceso al agua es una limitante seria en especial para las personas y familias pobres y en áreas rurales.
- Prevención en “36 Municipios de Bienestar Solidario” y otros. El CONADEH ha sido apoyado por las Redes Multisectoriales de grupos en condición de vulnerabilidad y otros sectores de la sociedad civil junto con las autoridades integrantes de los Sistemas Locales de Protección de los Derechos Humanos. Todos ellos han comparecido, ante los medios de comunicación, transmitiendo conocimientos sobre lo que es el virus COVID-19 y sus medidas de prevención, lo que repercute favorablemente en la multiplicación de concienciación y transmisión de conocimientos a otras instancias de la sociedad civil. Igual trabajo se está haciendo en los otros municipios.
En Honduras, la pobreza y la discriminación afectan a la mayoría de la población, por lo tanto, la prevención y reducción significativa de la incidencia de la propagación del coronavirus, dengue y otras enfermedades desatendidas, requieren garantizar a las personas el acceso al agua, condiciones sanitarias adecuadas, así como condiciones higiénicas de trabajo y un medio ambiente sano, capacitación e información sobre dichas enfermedades y participación en la adopción de decisiones en materia de salud.
Las acciones de atención y prevención deben dirigirse con mayor intensidad, hacia las personas en condición de vulnerabilidad, que viven en ambientes de pobreza y en áreas rurales con entornos ambientales insalubres, en particular a las mujeres, niñez, adultos mayores, personas con discapacidad, personas con VIH SIDA y otras en condiciones similares de discriminación.
El dengue y el coronavirus, son amenazas graves, que limita aún más las probabilidades de la población hondureña de disfrutar del derecho a la salud, sin perjuicio de otras condiciones, entre las denominadas “enfermedades desatendidas” que representan un peligro para la vida, porque no tienen acceso a tratamientos médicos adecuados o simplemente no existen.
Tegucigalpa, M.D.C., 13 de marzo 2020